En las últimas dos décadas, América Latina ha experimentado importantes avances en el desarrollo de su infraestructura filantrópica — incluyendo el uso de instituciones como las fundaciones comunitarias para canalizar y hacer crecer el compromiso filantrópico local. Hoy en día, la creciente concentración de la riqueza, la preponderancia de las empresas familiares y la incipiente cultura filantrópica se combinan para crear un momento crucial en el desarrollo filantrópico de la región.
Sin embargo, la investigación sobre la filantropía en América Latina es relativamente escasa y aún no ofrece la orientación necesaria para comprender estas dinámicas — como las tendencias prometedoras en donaciones colaborativas y basadas en el lugar — y aprovechar este momento vital. Las dos cátedras del Johnson Center, el Dr. Michael Layton, W.K. Kellogg Community Philanthropy Chair, y el Dr. Michael Moody, Frey Foundation Chair for Family Philanthropy, están colaborando en un proyecto para explorar las intersecciones de la filantropía comunitaria y familiar en México, con la esperanza de realizar estudios similares en otros países latinoamericanos en el futuro. La Charles Stewart Mott Foundation financia generosamente esta investigación.
Moody y Layton pasaron 10 días a mediados de mayo en la Ciudad de México y en Puebla, donde entrevistaron a algunas de las principales familias filantrópicas de la región y realizaron conexiones con socios. Incluso se encontraron con algunos de los que fueron alumnos del Dr. Layton durante su etapa como profesor en el Instituto Tecnológico Autónomo de México.
A su regreso, la directora de comunicaciones y alianzas estratégicas del Johnson Center, Tory Martin, les dirigió algunas preguntas para comprender mejor el panorama de la filantropía y la sociedad civil en México y el impacto potencial de este proyecto.
Michael Layton (ML): El sector filantrópico en México es considerablemente menos extenso que el de Estados Unidos. Mientras que en EE.UU hay 1,5 millones de organizaciones no-lucrativas 501(c)(3), las organizaciones análogas en México — denominadas donatarias autorizadas — son unas 10.000. En Estados Unidos hay más de 100.000 fundaciones que conceden subvenciones mientras que en México hay unas 300.
¿Cuál es la razón? Desde 1810, los sucesivos regímenes gubernamentales se han caracterizado por dos aspectos constantes: la hostilidad ante un sector independiente, que se traduce en una onerosa regulación excesiva en el mejor de los casos, y por la corrupción, que se traduce en una aguda desconfianza social e institucional. Esa historia socavó el pleno florecimiento y la institucionalización de la filantropía en México, que mejor reflejaba la generosidad de su población.
Michael Moody (MM): Más de una vez durante nuestro viaje de investigación, las personas involucradas en la filantropía mexicana nos dijeron que pensaban que el sector aún estaba en su infancia, especialmente en comparación con los EE.UU.
Y si bien esto es cierto en términos de las instituciones formales que son tan numerosas en los EE.UU., como las fundaciones y las organizaciones de apoyo a la filantropía o de membresía, no reconocen la extensa historia de donaciones y generosidad en México, especialmente a través de y dirigida a la Iglesia Católica. Esta autopercepción colectiva de la filantropía mexicana como subdesarrollada es, sin duda, algo que exploraremos a medida que continúe la investigación.
ML: Creo que hay una progresión natural desde el cultivo de la generosidad en el hogar y su extensión a la comunidad, algo que ocurre sistemáticamente en todo el mundo. Por lo tanto, es natural que ambos colaboremos y exploremos cómo la filantropía familiar está relacionada con la filantropía comunitaria. Habiendo trabajado en y sobre México durante más de dos décadas, comprendo bien ese contexto. Para mí, es muy valioso contar con la mirada fresca y el profundo conocimiento de Michael Moody sobre el compromiso familiar en las donaciones basadas en el lugar. Hace preguntas que ofrecen una perspectiva novedosa y una nueva visión.
MM: La gran mayoría de las donaciones dirigidas por familias, tanto en los EE.UU como en México, se centran en necesidades y organizaciones locales o regionales. Los más prominentes donantes nacionales e internacionales captan gran parte de nuestra atención, pero son superados en número por las familias que realizan donaciones más modestas pero apasionadas en las comunidades que les importan. Por tanto, la filantropía familiar y comunitaria están profundamente entrelazadas, lo que hace que una colaboración como ésta entre nuestras cátedras sea casi inevitable. Además, Michael Layton es una leyenda en los círculos filantrópicos de México, se lo que fui testigo directo cada día que estuvimos en México. ¿Por qué no iba yo querer seguirle los pasos?
MM: En general, estamos explorando cómo las familias y los donantes en México piensan y practican sus donaciones basadas en el lugar y centradas en la comunidad, especialmente a través de instituciones como las fundaciones comunitarias. Y estamos analizando de manera más general cómo el clima para la filantropía en México — por ejemplo, el contexto cultural, socioeconómico, y normativo — afecta este nexo familia-comunidad. A partir de este análisis, destacaremos algunas recomendaciones de estrategias para aumentar el compromiso de las familias donantes con las instituciones de donaciones comunitarias.
ML: Añadiría que nuestra visita a la Fundación Comunitaria Puebla fue especialmente esclarecedora. Mantuvimos conversaciones con filántropos locales que encarnaban un firme compromiso con su comunidad y su compromiso familiar. Hablaron de su amor por Puebla y de cómo daban sus 5 T’s, como se dice en inglés: tesoro, tiempo, talento, testimonio, y lazos [ties]. Me sorprendió la cantidad de cuentos sobre cómo reclutan a nuevos miembros del patronato y donantes para la fundación comunitaria entre sus familiares, amigos y conocidos.
MM: Al ser un puente entre la investigación y la práctica, el Johnson Center, en general, depende en gran medida de sus socios en el campo y en otros centros de investigación para llevar a cabo nuestro trabajo. Nos pareció esencial conectar con un grupo núcleo de líderes y expertos en filantropía comunitaria y familiar para que nos acompañarán en cada paso del proyecto, desde la revisión de los protocolos de entrevista, la identificación y el reclutamiento de los sujetos entrevistados, la retroalimentación sobre nuestro progreso y, finalmente, con la difusión. Como se puede ver en la lista completa, hay una increíble mezcla de líderes e investigadores de los EE.UU., México y América Latina. El Consejo proporcionó la mayor parte de la primera ronda de entrevistas, y tenemos una deuda especial de agradecimiento con Pilar Parás García, presidenta de la junta directiva del Centro Mexicano para la Filantropía A.C. (Cemefi), que nos ayudó enormemente a presentarnos a filántropos destacados para nuestra visita.
ML: Yo añadiría que nuestras conversaciones con el Consejo nos ayudan a mantenernos centrados en el propósito de esta investigación, tener un impacto en el campo. En un intercambio de correos electrónicos con Pamela Cruz, de Comunalia, la alianza de fundaciones comunitarias de México, hizo esta astuta observación:
Creo que la investigación es valiosa, mientras sepamos el “cómo hacer que las cosas sucedan/cambien” después de esta investigación. Conocer bien que hace que no seamos reconocidos, cómo podemos posicionar a las fundaciones comunitarias más allá de un concepto. Mi percepción es que nos quedamos en lo conceptual y no en lo práctico. Por otro lado, me pregunto si la mayoría de las fundaciones familiares nos desconocen, o no saben qué hacemos o el valor que aportamos. Entonces, ¿cuál sería una razón o que les movería a las familias filantrópicas a ayudar/apostar/conectar con y por las FC? Lo menciono porque estamos trabajando en co-construir una narrativa más clara (junto con las FCs de la alianza) de lo que hace Comunalia, y las FC, pero incluso creo que es complejo para el interior de Comunalia explicar qué somos y hacemos. Y cómo creamos comunidad siendo una red, igual que las FCs. … El estudio es pertinente, solo necesitamos los “cómos”.
La participación de Pamela en el Consejo es de vital importancia para el éxito del proyecto en términos de su impacto en el campo en México. Cada miembro contribuye con puntos de vista únicos y valiosos, que se suman al rigor de la investigación y fortalecen sus implicaciones prácticas para el movimiento de filantropía comunitaria en México y América Latina.
ML: Del mismo modo que el propio sector filantrópico está relativamente poco desarrollado en México, también lo está su estudio. Cuando llegué a México en 2000, eran pocos los investigadores que utilizaban métodos cuantitativos para estudiar el sector, y pocas las fuentes de datos disponibles públicamente. Los que trabajamos en este campo sentíamos la obligación de realizar un trabajo que ayudará a fortalecer a la sociedad civil y a la filantropía en términos de políticas públicas y prácticas. Y tuve la suerte de estar en una universidad increíble, con estudiantes muy motivados y colegas colaborativos, y encontré socios extraordinarios en el sector no lucrativo con los que establecí colaboraciones duraderas y muy productivas.
Otro miembro de nuestro Consejo, la Dra. Jackie Butcher, es la directora fundadora del Centro de Investigación y Estudios sobre Sociedad Civil, A.C. (CIESC) del Tecnológico de Monterrey. He trabajado con Jackie durante dos décadas, y ella me invitó graciosamente a contribuir con un capítulo sobre filantropía transfronteriza a su volumen editado, Generosidad en México III. Lo que me resulta más gratificante de trabajar en el Johnson Center es que nuestro mandato es servir de puente entre la investigación y la práctica y centrar nuestro trabajo en influir en el ecosistema filantrópico.
MM: Cemefi es una organización fascinante, ya que entre sus miembros hay tanto organizaciones de la sociedad civil, fundaciones y otros socios, como empresas comprometidas con la responsabilidad social. No es sorprendente que nuestra conversación con su junta directiva derivara a menudo hacia el debate sobre los retos y las oportunidades de todo lo que está ocurriendo en la animada frontera entre la filantropía y la iniciativa privada.
ML: El panel pretendía crear una conversación sobre las tendencias, especialmente las novedosas formas en que los jóvenes participan en el cambio social y tratan de defender el espacio cívico en México. El panel y el público consistieron principalmente en personas menores de 30 años, y su energía y creatividad fueron inspiradoras.
Tanto el proyecto actual como el tema del panel reflejan nuestra colaboración continua con ambas organizaciones, representadas en el Consejo Asesor del Proyecto de Filantropía Comunitaria-Familiar. Comunalia fue nuestro socio en la realización de la serie de seminarios web de 2022 sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, co-patrocinando la primera sesión y facilitando la traducción simultánea al español de las otras tres. Y formó parte del comité asesor del think tank de Cemefi, que lideró el proyecto 7 Tendencias.
MM: Seguiremos haciendo entrevistas, investigando estudios de casos, recopilando otros datos a lo largo de este verano, y luego terminaremos esta fase con un segundo viaje de investigación a principios de octubre. Esta vez nos dirigiremos a una región que es el corazón industrial de México, con muchas familias filantrópicas activas: la ciudad de Monterrey y las zonas cercanas de Nueva León.
Después, redactaremos nuestras conclusiones y recomendaciones y elaboraremos nuestro(s) informe(s) el año que viene. Pero la mejor etapa del proyecto será probablemente cuando volvamos de nuevo a México en 2024 para una gira de difusión. No domino el español como el otro Michael, así que me han fascinado ciertas frases nuevas que estoy aprendiendo en este trabajo. Una de las que escuché en este último viaje fue detonar una conversación, que parece significar “detonar una conversación”, pero que se usa comúnmente para describir esfuerzos menos explosivos para promover discusiones entre la gente. Así que en 2024, ¡iremos a México y detonaremos algunas conversaciones sobre filantropía familiar y comunitaria!
ML: Más allá de la increíble generosidad con la que nos recibieron, hay dos cosas que disfruté especialmente durante nuestro viaje.
Primero, la comida. Comimos mole en Puebla, que compite con Oaxaca por el título del estado mexicano con el mejor mole. El mole es una variedad de salsas que normalmente combinan chile, frutos secos y especias. Pedí una degustación de mole (abajo, a la izquierda), que consistía de cinco tipos de mole servidos con pavo. Estaba buenísimo. También disfrutamos de dos aperitivos aventureros, ambos a base de insectos y servidos con tortillas frescas y salsa. El primero eran escamoles (abajo, a la derecha), larvas de una especie de hormiga, salteadas en mantequilla con cebolla y chiles. El segundo eran chapulines, saltamontes secos y asados, sazonados con ajo, limón, sal y chiles.
En segundo lugar, las profundas raíces históricas de México. Los alimentos que he mencionado datan de mucho antes de la llegada de los españoles, al igual que las tortillas, que se originaron tal vez 10.000 A.C. Al pasear por el centro de Ciudad de México, o la ciudad de Puebla, se encuentran iglesias y edificios seculares que tenían más de un siglo de antigüedad antes de que se redactara la Declaración de Independencia de los EEUU. En Ciudad de México visitamos el Museo Nacional de Antropología (abajo a la izquierda), que posee una colección impresionante. En Puebla visitamos el Museo Casa del Mendrugo, nombre que requiere una explicación. Un mendrugo es un pedazo de pan, y hace referencia a cómo los jesuitas, que construyeron la casa, dependían de las limosnas o la caridad. El museo ofrece una colección extraordinaria de objetos prehispánicos y coloniales, y fue creado por un dirigente de la fundación comunitaria local. En cierto sentido, los orígenes del edificio y su uso actual encarnan la trayectoria de la filantropía en México.
MM: Disfruté del molé, sin duda, y descubrí que prefiero las larvas de hormiga a los saltamontes. ¿Quién lo iba a decir? También me fascinaron las exploraciones históricas y culturales que mencionó Michael. A su lista añadiría nuestra visita al Palacio de Bellas Artes de Ciudad de México, donde nos quedamos boquiabiertos ante algunas de las mejores obras de los muralistas mexicanos más famosos del mundo, como Diego Rivera (abajo, a la derecha) y, mi favorito, José Clemente Orozco. En el álbum de fotos de mi teléfono hay docenas de imágenes de detalles geniales de estas enormes obras maestras, por lo general políticamente provocadoras.
Gabriela Boyer
Regional Lead for Community Philanthropy and Foundation Rep. for Nicaragua
Inter-American Foundation
Washington, DC, USA
Dr. Jackie Butcher de Rivas
Director, Centro de Investigación y Estudios sobre Sociedad Civil, A.C. (CIESC)
School of Humanities and Education, Tecnológico de Monterrey
Mexico City, Mexico
Pamela Cruz
Special Projects Coordinator
Comunalia
Monterrey, Nuevo Leon, Mexico
Ana Cristina Dahik Loor
Professor, Social and Political Environment Dept.
IPDAE Business School
Mexico City, Mexico
Nick Deychakiwsky
Senior Program Officer
C.S. Mott Foundation
Flint, Michigan, USA
Daniela Fainberg
Independent Philanthropy Consultant
São Paulo, São Paulo, Brazil
Tatiana Fraga Diez
Executive Director
Comunalia
Monterrey, Nuevo Leon, Mexico
Emilia Gonzalez
Director, Center for Philanthropy and Social Investment
Adolfo Ibáñez University’s School of Government
Santiago, Chile
Caroline Kronley
President
Tinker Foundation
New York, New York, USA
Agustin Landa
Founder of LANZAA consulting and former president of Comunalia
LANZAA/Comunalia
Monterrey, Nuevo Leon, Mexico
Katherine Lorenz
President
Cynthia and George Mitchell Foundation
Austin, Texas, USA
Tony Macklin
Independent Philanthropy Consultant
Pittsburgh, Pennsylvania, USA
Dr. Laurie Paarlberg
C.S. Mott Chair on Community Foundations
Indiana University Lilly Family School of Philanthropy
Indianapolis, Indiana, USA
Pilar Parás García
Board Chair
Cemefi (Center for Mexican Philanthropy)
Mexico City, Mexico
David Perez Rulfo
Director, Corporativa de Fundaciones, former President of Comunalia
Guadalajara, Jalisco, Mexico
Dr. Carol Sanchez
Retired Professor and Director of Seidman International Business Programs
Seidman College of Business, GVSU
Grand Rapids, Michigan, USA
Jennifer Touchet
Vice President, Personal and Family Philanthropy
Greater Houston Community Foundation
Houston, Texas, USA
Rodrigo Villar
Senior Researcher
Center for Philanthropy and Social Investment
Adolfo Ibáñez University’s School of Government
Santiago, Chile